CONCEPTO DEL AMOR
Con sólo mencionar el término “amor”, damos por sentado que existen
muchas clases de amor: a sí mismo, a los demás, a la naturaleza, a Dios,
a la humanidad, a los animales, incluso a las cosas materiales.
Pero, el verdadero significado que interesa desde el punto de vista
ético, es el amor que profesamos a las demás personas y a nosotros
mismos, sin desconocer que el amor también se puede concebir en la
relación hombre-cosa.
, el amor es sinónimo de creación, pero también
de carencia; en primer término es amor a la sabiduría, es conocimiento
de la belleza, pero al mismo tiempo es ausencia, es decir, capacidad de
aspiración y de deseo. En tal sentido, el amor es y no es al mismo tiempo. Es
primero carencia, para después tornarse en realización de la persona que
ama o es amada.
Por su parte, Tomás de Aquino define
al amor como un acto genérico de la voluntad
orientado hacia el bien en general.
Según este teólogo-filósofo: “Todo el que
obra, obra por un fin. El fin es el bien que
cada uno ama y desea, por lo que resulta
manifiesto que todo agente obra cualquier
acción por algún tipo de amor”
También otro teólogo-filósofo como San Agustín, sostuvo
una concepción del amor cuyo significado es conveniente vincularlo
con su pensamiento teológico. Para él, existen dos tipos de
amor: el amor propio y el amor a Dios. De cada uno de ellos se
deriva una forma de existencia: la terrenal o la divina.
Para Fromm, el amor consiste, más que en el hecho de ser amado,
en la capacidad de amar, ya sea a uno mismo o a los demás. En vez de
designar una relación personal y directa con un objeto amorqso, refiere a
una facultad o actitud, más concretamente, al “arte de aprender a amar”. De esta caracterización se desprende que el amor, según Fromm es un tipo de sentimiento, una facultad, un arte de vivir y, lo mas importante, una actitud u orientación que determina una relación amorosa portante, una actitud u orientación que determina una relación involucra la capacidad para amar a todos los objetos y personas que
pueblan el mundo, incluido por supuesto, el amor a sí mismo.
En la época actual, caracterizada por los avances de una
tecnología sin precedentes, el filósofo itabano Humberto
Galimberti va a sostener una conceptualización del amor
muy diferente a la propuesta por Fromm.
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