LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD MORAL
Se dice que el hombre a lo largo de la historia ha luchado denodadamente
por su libertad. Pero, ¿qué significa ser libre? Para comenzar con esta
reflexión, podemos decir que la libertad se ha venido
entendiendo en dos sentidos: 1) como libertad cotidiana;
y 2) como revocación de toda forma de dominación.
La libertad, concebida en el primer sentido está
fundada en la experiencia cotidiana de poder decidir
entre hacer algo o dejar de hacerlo.
En el segundo sentido, la libertad concebida como
revocación de toda forma de dominación, significa que
se es libre cuando no se tiene encima de sí alguien que le
oprima, le explote, le domine de alguna manera.
La filosofía, en tanto disciplina humanística ha tratado de dar
respuesta a éstas y otras interrogantes que nos remiten directamente al
problema de la condición humana llamada libertad. A lo largo del tiempo
han surgido tres posiciones filosóficas que tratan de dar respuesta
al problema de la libertad: autodeterminismo, deterninismo e indeterminismo.
De acuerdo con Laura Pérez Vázquez, cuando se afirma que el
hombre, y nadie más que él, constituye la fuente única de sus propias
decisiones, estamos hablando de la postura filosófica llamada autodeterminismo;
por su parte, cuando consideramos que siempre hay algo detrás
de nuestras decisiones, ello tiene que ver con la postura determinista, y,
finalmente, cuando suponemos que todas las cosas suceden por azar,
incluyendo por supuesto, a nuestras acciones, estamos hablando de la
postura indeterminista.
En los casos del determinismo e indeterminismo, la libertad absoluta
se vuelve algo imposible. Para el determinismo, la libertad resulta algo
sumamente difícil, pues, cualquier decisión que el hombre tome estará
determinada por algo externo, y no dependerá del mismo. Por su parte,
para el indeterminismo, en tanto todas las cosas ocurren por azar, no
queda espacio para la libertad, ya que una condición necesaria para que
ésta se dé, es que haya algo que cause las decisiones, a saber, la voluntad
del hombre mismo.
Finalmente, el autodeterminismo se presenta como una de las posturas
más sugerentes y consistentes en torno al problema de la libertad.
Desde esta perspectiva no se niega ni el determinismo ni el indeterminismo.
La acción del hombre se encuentra de alguna forma determinada
por causas externas a la voluntad humana; se reconoce la presencia del
azar formando parte de las acciones humanas, sin embargo, el autodeterminismo
considera que, a pesar de ello, en el hombre siempre hay
un margen para la decisión, en una palabra, que podemos ser libres en
situaciones específicas.
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