ETICA ACTUAL
ETICA DEL DISCURSO
La ética del discurso viene siendo una de las últimas teorías
éticas que se han construido en el ámbito de la filosofía, e
incorpora las aportaciones de dos de los más grandes filósofos
del momento: Karl- Otto Apel y Jürgen Habermas.
A continuación presentaremos las ideas centrales expuestas
por Yolanda Angulo y Mauricio Lugo,22 con nuestras
propias incrustaciones e interpretaciones, en torno a esta
nueva concepción ética, de la cual hemos expuesto algunos
de sus planteamientos en apartados anteriores.
El punto de partida de Apel para la construcción de una ética
discursiva, es la gran contradicción de las sociedades actuales que por
una parte experimentan un proceso de globalización del que se derivan
problemas comunes a toda la humanidad, y por la otra, la reflexión ética
sobre dichos problemas aún recae sobre grupos locales. De aquí surge
la necesidad actual de una ética universalmente válida y filosóficamente
fundada. Para ello, Apel distingue tres niveles que corresponden a tres
ámbitos de la acción humana y a determinadas etapas del desarrollo
cultural:
a) La microética, que da cuenta de las relaciones humanas de pequeños
grupos, como clanes, vecindarios o familias.
b) La mesoética, que comprende grupos mayores como un Estadonación
(estos dos niveles corresponden a la “moral convencional o
tradicional”).
c) La macroética, el nivel universal, global o mundial.
Las normas morales aún permanecen en los niveles micro y mesoético,
y las decisiones recaen en pequeños grupos; pero las tensiones y
conflictos que enfrentamos en la actualidad ya no pueden ser solucionados
en ese limitado marco.
La ética del discurso, en nuestros dos autores, intenta establecer
las condiciones del diálogo para llegar a consensos sobre los problemas
globales que afectan a todos, distribuir responsabilidades entre los países,
atendiendo a su desarrollo económico y cultural.
Ambos autores concuerdan en que si toda acción está orientada
a la comprensión mutua, es necesario estudiar las condiciones de la
comunicación para estar en posibilidades de llegar a acuerdos. Esta
ciencia, llamada pragmática universal por Habermas y pragmática
trascendental por Apel, señala que toda acción comunicativa es dialógica y que el acuerdo debe estar basado en el reconocimiento de
las pretensiones de validez25 de todo hablante.
Las decisiones de índole ética deben ser tomadas entonces por
todos los afectados actuales y potenciales, en condiciones de igualdad,
mediante un proceso argumentativo que debe culminar en un
consenso racional al que se llega cuando todos reconocen y
aceptan la fuerza del mejor argumento.
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