TIPOLOGIA DE LA ETICA

Resultado de imagen para TIPOLOGIA DE LA ETICASi bien es cierto existe un cierto consenso en cuanto a reconocer en la ética una disciplina esencialmente filosófica que se ocupa de elaborar reflexiones más o menos sistematizadas en torno a las normas y comportamientos morales de los individuos dentro de una determinada sociedad, también lo es que históricamente se han venido conformando distintos tipos de éticas, lo que ha dado lugar a diferentes clasificaciones de la misma; entre ellas cabe destacar la:
 • Etica descriptiva: Como su nombre lo indica, su objeto de estudio es la descripción de la moral y los valores propios de cada cultura, grupo, clase, lugar, época y/o determinada sociedad.
• Etica normativa-. Pretende prescribir, o cuando menos recomendar valores y normas como preferibles o deseables.
• Etica crítica o meta-ética.: Es el estudio fundamentante de la posibilidad de lograr enunciados de validez plausibles y el esclarecimiento de la lógica de los términos y enunciados valorativos.
• Etica aplicada-. Fundamenta racionalmente la decisión de seguir tal o cual conducta, por tal motivo plantea su necesaria aplicación a los distintos ámbitos de la vida cotidiana y de la cultura. Sólo así, la ética retoma su sentido vital y se pone al servicio de la vida.
• Etica como “arte de saber vivir”: Constituye el intento por averiguar racionalmente cómo conseguir la verdadera plenitud humana, es decir, cómo decidir por nosotros mismos de manera racional, libre y responsable, nuestro propio proyecto de vida.
Los dos últimos tipos de ética mencionados, son los que nos interesa destacar aquí; por un lado, la ética entendida como un saber con fuertes conexiones con la vida cotidiana, y por el otro, la ética como “arte de saber vivir”.
La ética aplicada se sustenta en la adopción de ciertos principios éticos que le permiten al individuo enjuiciar la situación moral en que se encuentra. Dichos principios demandan su justificación racional por medio de razones y argumentos, mediante los cuales las personas habrán de fundamentar el porqué han decidido seguir un determinado curso de acción moral y no otro.
Interesado en profundizar en el estudio del criterio moral de los niños, Kohlberg aplicó este dilema a niños mayores, entre diez a dieciséis años, y diseñó un sistema de puntuación que le permitió ubicar las respuestas en tres niveles de desarrollo que denominó: al primero, “Nivel Preconvencional”, al segundo “Nivel Convencional” y al tercero “Nivel Postconvencional”.
 Aparentemente, la respuesta puede parecemos un enunciado moral y éticamente reprobable. Sin embargo, dicha respuesta da cuenta de una ética aplicada que se sustenta en los siguientes principios morales:
Primer Principio: La vida y dignidad humanas es un valor supremo que está por encima de cualquier convencionalismo social. En este caso, si la vida de una persona depende de infringir la ley, se justifica ética y moralmente, en ciertas circunstancias, robar.
Segundo Principio: Es preciso actuar conforme a un juicio racional y afrontar responsablemente las consecuencias de nuestros actos. Para el caso de la respuesta dada por Kohlberg, es humanamente prioritario salvar la vida de un ser humano, y después afrontar responsablemente las consecuencias derivadas de la infracción a la ley, en su caso, recibir un castigo, como la cárcel.
La ética aplicada determina cuáles opiniones o creencias morales son válidas. Una creencia moral es válida cuando se ha probado que cumple la función de garantizar la felicidad individual y la armonía social; también cuando evita el sufrimiento individual y el daño social. En muchas ocasiones no puede realizarse el bien positivo y es necesario optar por el mal menor.
La ética como arte de saber vivir es el tipo de saber y/o asignatura que no se aprende exclusivamente en las escuelas, es la ética que nos demanda la vida cotidiana, tal y como entiende este último término Agnes Heller, es decir, “la vida de todo hombre, cualquiera que sea el lugar que se le asigne en la división del trabajo”.
a diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos... De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llamo ética.3
Como arte de saber vivir, la ética nos coloca en el camino de la búsqueda de la plenitud humana y nos introduce en el sendero de esa zona que hay en el fondo de cada uno de nosotros, donde nos planteamos las preguntas sobre el sentido de la vida y construimos las respuestas, siempre provisorias, de una libertad responsable.

La vida humana, en primera instancia, consiste en este aprendizaje de saber vivir, de aprender a usar nuestra libertad, pues a fin de cuentas, a lo que aspiramos es a una vida más plena, autónoma y lo más placentera posible. En el proceso de concreción de este tipo de valores, la ética del saber vivir nos coloca ante un camino sinuoso y, por lo mismo, no exento de problemas, pero con vistas a gozar de una vida más digna, en una palabra, más humana, llena de realizaciones. 

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